lunes, 4 de octubre de 2010

Tantras cosas de qué hablar.

Mis queridos lectores:

Me da muchísimo gusto estar metiendo ésta entrada. No me da gusto saber que me leen, porque no sé si lo hacen, y como apenas estoy escribiendo, no hay manera de que me estén leyendo.

Durante el pasado mes, asistí a un par de talleres de Meditación, con enfoque en las técnicas Tántricas, que encuentran su sustento ideológico en el Sivaísmo. Dicha idiosincrasia se relaciona con el despertar de la sexualidad sagrada. Enseguida, tal vez, dé una breve descripción de las actividades realizadas, expando la información del sustento ideológico.

Empezando el día con una meditación en ayunas, se realizan diferentes actividades que tienen como objetivo el liberar represiones acumuladas durante nuestra vida. Algunas personas traen un bagaje pesado, que cargan desde su primer respiro, otras más avanzadas, tratan represiones más recientes. ¿A qué me refiero con represiones? Todo aquello que nos "guardamos". Es decir, emociones que quisieron florecer en algún momento, y nosotros al juzgar de "inapropiado" el momento, reprimimos. Tensamos nuestros cuerpo, y con intervención de la mente nos convencemos de que es mejor no sentir. Buena idea, ja! <---- Sarcasmo.

La meditación es en forma silenciosa, con música relajante, y mantrams. Manejar la respiración de manera que nuestro cuerpo "trabaje" de manera óptima. Entre más oxigeno entre a los pulmones, más oxígeno llega a tus células, cumplen mejor su función, etc. Imagina que el mortal común mantiene una respiración muy superficial, nada funciona al 100%. No llevaba este mortal una vida tan mala. De vez en cuando enojos malviajes desenfrenados, etc. Ahora imagina que empieza a respirar con todo el poder de su caja torácica y de jodido al 90%, tu vida cambia, literal. El truco es aprender a respirar siempre, en todo momento de esa manera. Para lorgarlo, se practica.

La meditación aparte de muchas cosas, te ayuda a acostumbrarte a respirar
honda y profundamente siempre. A alguna personas les molesta la práctica y quisieran llegar a simplemente sentarse, cerrar los ojos, y al instante estar en un estado de no-mente. Sólo es a´si porque ignoran que la práctica es la curación en sí, no va una cosa sin la otra. No nos mejoramos en un instante de estar normal, o mal, a estar a nuestra máxima capacidad.

Seguramente el lector conoce el viejo truco de respirar honda y tranquilamente cuando algo nos hace enfadar. Yo recuerdo de publicidad anti-violencia doméstica, en donde salía el típico escuincle haciendo un desmadre, ¿no? Derepente la paciencia del padre se agota, mece el brazo hacia atrás con la mano extendida con los nudillos hacia afuera (la tradicional cachetada de padrastro cocainómano con ganas de cagar), y antes de descargar su ira en un golpe contra el mocoso, una voz le dice: "Espera, antes de actuar cuenta hasta 10 mientras respira honda y profundamente...". Mientras respira y cuenta, va tranquilizándose hasta que termina por ofrecerle una disculpa al mequetrefe.

La respiración honda y profunda lo hizo "pensar bien las cosas", darse cuenta que es innecesaria la agresividad. ¿Qué más da si el huerco rompió el florero favorito de mamá? Pinche florero no vale nada, y al chico le dejó un moretón en el ojo aprender a no jugar cerca de un puto florero, el que el papá tuvo un mal día en la oficina, o de morro a él también le dieron sus
zopapos.

Así, que ¿qué tenemos aquí? ¿Qué enseñanza nos deja la entrada? Quieeeeeeeen saaaaaaabe...




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