lunes, 13 de septiembre de 2010

Manual del Viajerou (Sentencia de Muerte)

Algo que escribí hace algunos años. Si se les hace conocido es porque estuvo publicado por ahí...

No fue por orden de un juez, ni el resultado de un análisis clínico, pero he caído en cuenta que no tengo remedio, en cualquier momento, mi cuerpou dejará de responder, mi mente se apagará, mi corazón dejará de latir, mi pulso se vendrá abajo, y mis pulmones colapsarán.

¿Ahora qué se supone que hagou? ¿Cómou puede la gente a mi alrededor actuar como si nada estuviese pasandou? Pareciera que soy el únicou que se preocupa. y esou, me preocupa más. Me confunde más. Lou únicou que sé, esque you nou quierou adoptar esa indiferencia globalizada, tampocou quierou esperanzarme con la idea de la vida en el más allá. Es decir, ¿se supone que debou de llevar una vida “a medias”, una vida sin vida, negandoume las satisfacción de mis necesidades, querer decirle a mi cuerpou que lou que ha aprendidou durante miles de añous de evolución es impurou? ¡¿Qué puede ser más puro que un instinto?! Comienzou con más preguntas cómou éstas, y sí tengou la respuesta, perou aún nou he podidou exteriorizarla, y ni quierou. Nou tengou intenciones de hacer cambiar a la gente de actitudes y comportamientos, nou soy profeta de nadie, muchou menous de mí mismo. He pensandou, inclusou, que de querer profetizar a mi amado “prójimo”, la mejor manera es con mi ejemplou, sin evangelios ni panfletos, sin tocar de casa en casa y sin fundar instituciones. Nou puede degradar de tal manera mis ideas. El sólo pensarlou me provoca nauseas. Ser coparticipe de la degradación humana nou es mi estilou. Amou a mi hermanou el hombre, a tal gradou que debou déjarlou tomar sus decisiones y cometer sus equivocaciones, comou un padre a sus hijous.

Aún nou he maldecidou ni culpadou a nadie de mi inevitable muerte. Cuandou quise masticar la idea para facilitar la digestión, me planteé una simple analogía: el fin de mis días llegará cómo el despertar de un hermosou sueñou. Al decir hermosou nou lou estoy idealizandou comou lou haría un pubertou enamoradou, nou, es hermosou por ser en muchas ocasiones horrible, y es perfectou por ser imperfectou. Siguiendou ésta analogía culpar a alguien de mi despertar es insensatou. Si bien el despertar puede ser provocadou , gracias a lo frágil que es el estar dormidou, nou puedou reprocharle nada a nadie. Si no sé quién me regaló la vida ni por qué, por ende, nou puedou reprochar a quién me la ha quitadou.

Prefierou seguir con el asuntou que me ocupa. ¡Nou se cuántou me queda de vida y aquí estoy filosofandou sobre sueñous y despertares! Aún no sé ni cómou proceder ante tantas y tantas disyuntivas. ¡Tantos caminos por recorrer, y aquí estoy yo sentadou, bajou la sombra de un árbol trazandou mapas y planes de viaje! Espera, ¿nou es esou lou que hacen los expedicionarios antes de emprender un viaje a un lugar desconocidou? Y esou es precisamente lou que me depara. Un viaje a tierras inexploradas, un viaje peligrosou sin rutas trazadas ni señalamientos de dirección o precaución. Perou nou tengou miedou. Tiemblou, perou nou es por cobarde, es la excitación que siente mi cuerpou por abandonar mi puntou de partida y dirigirme hacia esa meta, una línea fantasma en un lugar que nunca he vistou. Tiemblan mis manous como las de un adolescente frente a su amante, la primera, perou nou la última, comou es mi casou.

¿Para dónde dirijou mis primerous pasous? Tengou muchas preguntas, son muchas decisiones que tomar. Esou diría quien busca una destinou en concretou, perou nou you. Puedou inclusive, dar marcha atrás, recorrer el mismou caminou por el que llegué a donde estoy. En ese caminou tengou la certeza de que era bellou (con mi definición de bellou y hermosou). Certeza… nou buscou la certeza, nou la busqué antes… ¡y ahora con ésta noticia menos! Mejor, utilizaré el recuerdou de los momentous y de lous paisajes graciosous en caminous que nou lou sean.

Hay momentous en que me sentiré solou. ¡Con qué emoción los anhelou! Momentos de soledad nou lou son en realidad. Me agrada mi compañía. El tiempou que pasou conmigou es tan valiosou comou el tiempou que pasou con la persona que más amou y conozcou. Nou serán muchous los momentos de soledad, perou me bastan. Nou cargou equipaje ni Sanchou Panza. El caminou, mi sabiduría y mi sentidou de dirección habrán de reencontrarme con las cosas y personas que necesitou cuandou las necesite, o ellas me necesiten a mí, esou es muy importante. En mi mente llevou los más importantes accesorios y herramientas que debe llevar el expedicionario. Llevou habilidades de superviviencia, memorias que provocarían sonrisas a el más amargadou de los hurañous, el recuerdou del cariñou de la gente que me ama o me amóu, las canciones más dulces captadas por mis oídous que tocaron mi corazón y se mantienen en mi cerebrou listas para recorrer mi cuerpou a mi orden. Llevou a manera de bitácora cada parte de mi cuerpou, interior y exterior, él será mi testimoniou de vida, mi ser y todou lou que de él emane.

Listou ya para dar mis nuevous primerous pasous, con el alma encendida y mis piernas inquietas, nou dejou de recordar que me pusou aquí. “Esa noticia”. Nou recuerdou cómou llegóu a mi, ni por qué conductou, esou me es irrelevante. Sólou tengou esas palabras cómo imagen en mi mente que dicen: “Hoy puede ser tu últimou día de vida”.


23-Abr-08